Mil destellos

La casualidad no existe, niña. Ahora estás pasando un mal momento que superarás. Encontrarás las calma, incluso en la tormenta. Eres fuerte. En esa tormenta es donde reside tu fortaleza.

No temo a un nuevo amor, pero sí temo a un nuevo dolor. Y ya sabes también por experiencia que las razones del corazón son siempre más fuertes que ninguna otra razón y que el sentido común.

Desempolvar los recuerdos más entrañables nos vuelven más jóvenes, infantiles, casi... ¡Qué pena que nos hagamos mayores y tengamos que madurar a base de decepciones que va dando la vida! Pero hay que seguir y no olvidar a ese niño que llevamos dentro. Es nuestra joya más preciada.

No quiero que se oculte el sol en el atardecer de nuestras vidas sin darte el compromiso final de nuestro amor.