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Hoy os vengo a hablar de un libro con el que tengo muchos sentimientos encontrados. Leí este libro sin conocer nada del autor y no ha sido un primer buen encuentro. Puede ser que mis expectativas estuvieran demasiado altas, o tal vez influyó el hecho de que lo leyera en una semana complicada para mí, lo cual podría haber afectado mi valoración, pero en general acabé un poco decepcionado con este libro. El autor nos presenta a una niña, Kiera, que desaparece en un desfile de Acción de Gracias. Tras varios años sin tener noticia de ella, los padres reciben una cinta con la grabación de su hija. A partir de ahí, entra en juego nuestra protagonista, la periodista Miren, que intentará descubrir la verdad y encontrar a Kiera. Desde el principio, tenía la esperanza de que esta novela estaría llena de giros inesperados y sorpresas finales que me dejarían con la boca abierta. Sin embargo, a medida que avanzaba en la lectura, me encontré con una trama que me aburrió por instnates y que no logró engancharme tanto como me hubiera gustado. Sentí que faltaba ese elemento sorpresa que tanto esperaba. Además, respecto al desarrollo de los personajes, tuve la sensación de que aunque se exploraba en profundidad el pasado y las motivaciones de algunos de ellos, otros personajes no recibieron el mismo nivel de atención y no llegamos a conocerlos completamente, cosa que me hubiese parecido interesante. Eso sí, la brevedad de los capítulos, los constantes cambios en el tiempo y el estilo de escritura de Javier ayudan a mantener un buen ritmo narrativo, una lectura fluida y ágil. |
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