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Vera debe asumir las consecuencias de las malas decisiones que ha tomado. Y para ello debe alejarse de Nueva York. Con el propósito de reconducir su vida, llega a Abbeville, un pequeño pueblo de Alabama. Allí hará nuevas amistades con las que compartir el día a día. Y también conocerá a Ben, el chico que trabaja en la gasolinera, y que tiene una personalidad muy especial. Ben tiene una mente prodigiosa, más rápida de lo normal. Su vida gira en torno a los números, las formulas y las estadísticas. Está metido en un laberinto numérico del que parece no encontrar la salida. Ambos son muy distintos y vienen de mundos totalmente opuestos. Pero esas diferencias no evitarán que sus caminos se crucen. Y, aunque parezca, que las probabilidades de que dos personas tan distintas acaben enamorándose, sean inexistentes, quizá ellos sean capaces de romper esas estadísticas. Los capítulos son cortos y aunque están narrados en tercera persona, no me ha impedido conectar con la historia. Me han encantado todos los personajes, son de esos a los que les coges cariño enseguida. Vera, Ben y el resto de habitantes de Abbeville son personas tan especiales que consiguen robarte el corazón. La ambientación de este libro es espectacular, y la autora, con sus descripciones, consigue trasladarte a ese pequeño pueblo de Alabama. Es la primera vez que leo a la autora y me ha gustado mucho su estilo tan sencillo y dulce. Tiene algo especial en su forma de narrar que consigue transportarte dentro de la historia. Una historia de amistad, de familia, de superación, de amor, de crecimiento personal y de perseguir tus sueños. Una historia llena de esperanza, ternura, segundas oportunidades y grandes reflexiones. En resumen, La probabilidad del unicornio es una lectura ligera y entretenida, que sin duda enamora desde la primera página. |
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