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¡Hola, lector@s!, Hoy vengo a hablaros de una novela que, justamente, iba a ser publicada poco más de una semana después de la declaración del Estado de Alarma en marzo de 2020. Ya conocía a la autora, porque había oído hablar de su anterior libro, “Un acorde menor”, publicado también con Versátil Ediciones. Sin embargo, no me atreví a leerlo en aquel momento debido al hecho de que en él hablaba de las enfermedades mentales y no me encontraba preparada para enfrentarme a un tema tan duro. No obstante, cuando vi de qué trataba “Ayer, nosotros, hoy”, supe que había llegado la oportunidad de zambullirme en su obra. Solamente con leer la sinopsis, supe que tenía que descubrir a sus protagonistas, sobre todo a Scott, cuyo sueño era estudiar Bellas Artes en la universidad de Tennessee. Para poneros en contexto, “Ayer, nosotros, hoy”, comienza en el último año de instituto de Scott y Max. Scott está deseando graduarse para poder marcharse de Nueva York y así no tener que seguir aguantando las constantes discusiones de sus padres, pero para ello tendrá que tener un buen expediente, ya que si no es así no le concederán la beca que le permitirá alcanzar su sueño de convertirse en artista. Por ello, cuando el profesor de Filosofía le empareja con Maxine Wallace para hacer un trabajo sobre un mito, el cual será su nota final de ese trimestre, y esta no aparece por clase… comienza a ver su futuro negro; sobre todo cuando se presenta en el instituto y decide pasar de él y de las clases. No obstante, Scott no se dará por vencido y le plantará cara a ella y a su pandilla de amigos hasta conseguir salirse con la suya. A partir de ese instante, ambos entablarán una relación muy especial en la que se irán descubriendo sus sueños el uno al otro, así como sus traumas y las dificultades que han tenido y tienen que atravesar. De hecho, Max desea ser cantante, puesto que la música es su vida, pero la enfermedad de su hermana Allison y el abandono de su padre, cuando ella era pequeña, han marcado su actitud y su forma de ser frente al mundo. Por ello, Max y Scott compartirán un camino que les llevará a descubrir lo que es el amor de verdad e, igualmente, a crecer como personas y a luchar por seguir siendo ellos mismos porque, como bien se apunta en la novela, cuando construyes tu mundo alrededor de una única persona y todo se derrumba, no te queda nada. Como podéis ver, nuestros protagonistas son dos personajes muy especiales. Hablando un poco más en detalle de ellos os diré que: Max es una chica que parece fuerte, aunque todo lo que posee es un escudo frente al mundo exterior. Se guarda su dolor para no hacer sufrir a su madre y a su hermana Allison, para estar allí por y para ellas. Sin embargo, fuera de casa, Maxine sólo muestra la rabia que siente y eso hace que sea complicado llegar hasta ella hasta que Scott entra en su vida. En cuanto a Scott, él es invisible, el típico friki empollón. No obstante, llegar a él tampoco es tan fácil. Nadie sabe lo que tiene que soportar en casa y que desea escapar. Por eso, cuando Max y Scott se encuentran suponen la salvación para el otro y aprenden que la vida es mucho más que lo que han vivido hasta ahora, que pueden cambiar, perdonar y comprender, así como seguir luchando por sus sueños. Es muy sencillo empatizar con los dos, porque todos hemos pensado como ellos en alguna ocasión, porque todos tenemos sueños por los que luchar aunque la vida quiera destruirnos. Ahora bien, no puedo dejar de mencionar al resto de personajes que pueblan esta historia, sobre todo a Allison y a su madre, a Parker o a la madre de Scott. Allison es un ser de luz que intenta ver el lado positivo a pesar de que en algunos momentos resulte complicado, Parker es un muchacho divertido y algo enamoradizo que siempre está allí para sus amigos, y las madres de Scott y Max, aunque distintas, se preocupan por sus hijos y hacen lo que sea necesario por ellos. de hecho, me encantó que la madre de Scott muestre su parte más humana e intente alcanzar el sueño que tenía cuando era joven. Y es que esta novela trata sobre los sueños, sobre crecer y aprender, y no perderlos por el camino, porque son ellos los que nos mantienen con vida y hacen que nuestra existencia cobre sentido y tenga ilusión. Por lo tanto, podéis apreciar que esta novela trata sobre nuestros peores fantasmas, sobre nuestros miedos… pero también sobre la familia, el amor y la amistad. La historia de Max y Scott es de las que te llegan al corazón y te parten un poquito el alma, tan reales como la vida misma, llena de emoción y sentimiento. Carolina Casado tiene un don para conectar con l@s lector@s, para hacernos sentir con intensidad lo que acontece en cada página, para emocionarnos con lo que nos cuenta, y con su pluma, una pluma poética en algunos momentos y llena de reflexiones en otros, porque “Ayer, nosotros, hoy” es de esas novelas que te hacen parar y pensar y eso no es algo que logren todas las novelas. Por eso, os aseguro que si leéis este libro, la historia de Max y de Scott se quedará con vosotr@s durante mucho tiempo. Lo mejor: dos protagonistas que te llegarán directos al corazón, con los que te sentirás y reflexionarás acerca del amor y de la vida muy intensamente. Lo peor: que Carolina te va a destrozar el alma. Preparad el paquete de clínex porque las lágrimas están garantizadas, y eso que yo no lloro fácilmente cuando leo. Avisad@s quedáis. Deberías leerlo si disfrutas con las historias de amor dulces, que se cuecen a fuego lento, en las que dos personas, a priori muy distintas, demuestran que en el fondo no somos tan diferentes. Enlace: http://saboratintaliteraria... |
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