En Llévame a casa nos encontramos con la familia de Juan, que lo ha dado todo por salir adelante y por el día de mañana de sus hijos, y luego está Juan, que se ha independizado fuera del país, lleva años fuera y no tenía intención de volver al pueblo, hasta que no le queda más remedio por la muerte y débil salud de su padre y madre. Este libro toca la fibra sensible porque a través de su protagonista plantea algunas cuestiones trascendentales. ¿Tiene mi hermana derecho a reprocharme que yo nunca estoy en casa y siempre es ella la que tiene que ocuparse de los achaques de mamá y papá? ¿Debo sentirme culpable por querer independizarme fuera y echar raíces en otro lugar a nivel personal y profesional? ¿Qué pasa si quiero tomar otro camino y no encargarme de lo que mis padres han luchado por dejarme a mí cuando ellos no estén? ¿Soy un mal hijo si no estoy para acompañarlos al médico y cuidarlos? Estos son algunos ejemplos de preguntas con las que Juan tendrá que lidiar en su cabeza y que se va planteando a lo largo de toda la novela. Aunque no empatizo del todo con el personaje por su forma de ver las cosas en algunas ocasiones, Llévame a casa es una novela bastante realista que hace reflexionar sobre los vínculos familiares, las obligaciones y la responsabilidad para con los nuestros. Si os gustan las novelas costumbristas y familiares, quizás es una buena forma de conocer al autor. Sin duda, tiene una buena narrativa. Otro título que me llama la atención de él es Intemperie. |