No da tiempo a conocer a los personajes en profundidad, pero se aprecian muy bien sus miedos e inseguridades que, además, no difieren tanto de nuestra realidad. La autora narra mediante capítulos muy cortos y muy bien divididos. Por otra parte, el lenguaje es sencillo, permitiendo que la lectura sea ágil. La idea distópica resulta especial porque se siente muy cercana a la realidad actual. Por ello, el lector se introduce en dicha idea con gran facilidad. He echado de menos mucha más historia y, con ello, una mayor profundidad en la idea y en sus personajes. Faltan, a mi gusto, muchas páginas; aún así, he disfrutado de la lectura en gran medida. |