Aura

Estaba dandole vueltas a la cabeza a como enfocar una reseña de una obra tan especial como esta Aura. Después de dos días de terminar este cuento, y de releerlo hasta en dos ocasiones más, trataba de encontrar el modo perfecto para abordarlo, para sintetizar las sensaciones que experimentas cuando te adentras en ese oscuro zaguán despintado del 815. Intentaba encontrar una razón que pudiera justificar el por qué de que, cada una de las palabras que salieran de mis dedos, iba a ensuciar la experiencia que supone descubrir lo que esconde detrás de esta historia.
Creo que tan solo puedo acercarme a ella transmitiendo todo lo que ha quedado estancado en mi cabeza. Esa obsesión por una obra que resuena con una espantosa naturalidad cada vez que pienso en ella. Esa seducción que conquistan los libros a los que sabes que vas a volver, tarde o temprano, quizás esta misma noche.
La historia que Carlos fuentes nos trae invita a que tú seas partícipe de un descubrimiento estremecedor, lleno de ambigüedades. El autor es consciente de que tú serás aquel que decida lo que mereces sentir al conocer el desenlace de su obra. Te convierte en el protagonista, en el centro de su calculado universo, te certifica como el historiador que tendrá que descubrir lo que se esconde en los papeles biográficos del general Llorente. Y caerás rendido ante la presencia de Aura.
Y es que todo cambia cuando la conoces. Todo aquello que te estremecía, que enfriaba tus ánimos, que ennegrecía aun más las penumbras a tu alrededor...todo pasa a un segundo plano cuando estás cerca de ella. Son esas sensaciones que experimentas cuando el mundo adquiere sentido. La orilla de Itaca, la desnudez de los amantes, la increíble electricidad que te produce rozar una piel que deseas.
Pero no te engañes. Eso no esconderá el horror. No te hará desviar la mirada ante las ratas, ni mucho menos ante los demonios. Eso no hará que tu estremecimiento desaparezca cuando sientas el tacto helado de la muerte. Lo que ves a tu alrededor seguirá oculto entre las sombras. Pero nada te apartará de la oscuridad ahora que te has habituado a ella. Todo a tu alrededor carecerá de sentido ahora que has entendido la mirada de Aura.
Estás donde quieres estar. Un infierno o esos lugares inciertos que algunos llaman hogar. El verdadero amor siempre regresa para quedarse al lado de los que lo entienden. No se olvida, ni aun cerrando la historia...