Pues no me ha entusiasmado el libro. En parte porque no me gusta mucho el terror y en parte porque no he empatizado con ninguno de los personajes. Creo que si hubiera empatizado con alguno, me habría gustado más, pero no he conseguido entenderlos del todo; quizá Ulrike me ha conmovido un poco, pero el resto sin más. Es una pena porque me parece que la novela está muy bien escrita, con una coherencia interna y descripciones muy acertadas que hacen que puedas visualizar la atmósfera tétrica a la perfección. Quizá lo que me haya echado para atrás es la excesiva violencia que hay a lo largo del libro. No quiero decir que sea gore, sino que todo desprende ira, desesperación, crueldad. Violencia por doquier.
No obstante, el mensaje que se desprende del final del libro me ha parecido interesante: no hay nadie que nos impulse a ser malvados, somos nosotros mismos; nadie nos posee, nadie nos obliga. Pero, para entonces lo único que quería era terminar el libro.