Historias de mujeres casadas

La novela finalista del Premio Planeta del 2022 me ha dejado un extraño sabor de boca.

Como su título indica trata de cuatro amigas, todas casadas, unas con más relevancia que otras, pero todas, en algún momento de sus vidas, han sido infieles.

Amigas que se lo cuentan todo, que no se juzgan, que se apoyan.

La historia no me ha disgustado. Refleja muy bien los miedos, el egoismo, el deseo, la incertidumbre, la monotonía, el hastío... Y ahí es donde tengo varios peros.

A lo largo de la novela hay muchas reiteraciones en algunas acciones de los personajes. Un recurso que puede gustar más o menos, pero que la autora lo emplea, bajo mi humilde opinión, demasiadas veces. Y es que, aparte de las ya mencionadas; "Su hijo. Escribir. Nadar. El silencio de su marido" se repite cuarenta y una veces para indicar que un personaje entró en una monotonía diaria. Con franqueza, cuando estaba ante esa página, me recordó uno de los castigos que me ponían en clase cuando era pequeña.

Y como siempre digo cuando me encuentro con estos textos, si lo hubiera escrito yo, me lo hubieran tachado por repetir constantemente lo mismo.

A pesar de todo, y como he indicado, la historia me ha gustado y refleja muy bien los sentimientos desde el punto de vista de unas mujeres que bordean los cuarenta años y que, siendo más o menos felices en sus vidas, buscan algo más.

Es una historia narrada desde el punto de vista femenino, de hecho los personajes masculinos, dicen entre poco y nada, y algunos resultan un poco patanes. Siempre desde esa mirada femenina y nuestra forma de ver y sentir las cosas, porque en esta novela no sabemos nada sobre ellos.

Dejando de lado estos peros, la pluma de Cristina Campos me ha gustado, así que daré una oportunidad a su novela anterior porque esta me ha decepcionado un poco en su forma, que no en su contenido.