Comencé el libro sin saber lo que me esperaba y me sumergí en el drama de Gabriela, me pareció que su situación me marcaba el ritmo y el estilo de lo que vendría, hasta que apareció en escena Silvia y me sorprendí riendo a carcajadas. Por último, llegaron Cósima y Eugenia y equilibraron la balanza, ampliando el abanico de mujeres únicas que te llevan de la mano a lo largo de la novela. Con un ritmo que engancha, saltos en el tiempo para comprender mejor a estas maravillosas mujeres y un toque sorpresivo de humor cada cierto tiempo, “Historias de mujeres casadas” consigue que el tiempo vuele mientras te pierdes por sus páginas. La única objeción que puedo tener es que, ya hacia el final, la historia tan solo se centra en Gabriela y, personalmente, he echado mucho de menos la energía de Silvia y Cósima. |