Morir de amor en septiembre

Pero no encuentro muchas personas que dediquen pensamientos tan reflexivos al sentido de esta vida más allá de lo común.

Sueño que sueño un sueño,
y en ese sueño...tu amor sueño.
Y en ese amor... Amor de ensueño.
¡Ay...Amor!, sueño que te sueño.

Sentir un eterno sentir sin saber qué sentido lo sentido tenga.

¡Cantad, cantad esta vieja canción:
te quiero y te amo... con dolor!
¡Cantad, cantad esta vieja canción;
que a los tiempos sobrevivirá !...
Pues quienes la canten con amor
estarán cantando eternidad.

Adormecido , al son de la soledad de un viento, viene en él, delicado, tu armonioso acento susurrándome antiguas palabras de amor eterno: que pasan de boca en boca, de acento en acento, de sueño en sueño, de eco en eco... ¡Te quiero...!

Si una mano o un mirar
pueden el alma acariciar,
y unos labios, sin hablar,
pueden con un beso amar.
Ese amor es ya completo
al dar el beso a un beso.

Era un calor humano el que presentía a su lado que era como si a una gran hoguera me arrimase.

Es algo que llevaremos impreso en el alma, pues el hombre está en permanente transición, y quizá...en un eterno viaje.

Pero la magia de lo escrito hace que puedas interiorizar estos sentimientos declarados, mezclarlos con los tuyos, y volcarlos en una cuartilla en blanco...

Y entonces pienso en la magia que posee lo blanco, lo que está por llenar, lo que parece vacío por contenerlo todo...