Mi cabeza está en otra parte

Espero que la memoria no me falle y pueda decir la siguiente afirmación sin tener que arrepentirme. Nunca había oído hablar de Damaris Calderón pero cuando me encontré con uno de sus poemarios sentí la necesidad de leerlo, descubrirle y sentir sus versos atravesando todo mi cuerpo. Puro impulso. Así es como suelo elegir mis lecturas. Presentimiento de que me iba a gustar, de que me iba a hacer sentir. Siendo totalmente sincera, eso es lo que más valoro a la hora de lee poesía. Se podría decir que me da un poco igual como esté escrita. Solamente necesito que me haga sentir, que me remueva por dentro y que me ponga los pelos de punta. Que cada verso resuene en mi interior y me haga cerrar los ojos para que el sentimiento sea aún más profundo.


Damaris lo ha conseguido. Me ha parecido que tiene un estilo bastante particular en el que mezcla diferentes registros, diferentes voces y trata multitud de temáticas. Todo ello en un solo libro aunque hay que tener en cuenta que es un recopilatorio en el que hay poemas de varias publicaciones diferentes. Está hecho así adrede y me parece un acierto para conocerla al completo y poder descubrir todas sus facetas.

Su poesía es para leer una y otra vez. En ella da voz a todo lo que siente y piensa. A todo lo que le inquieta, le importa y atraviesa. Lo hace de una manera desgarradora y descarnada pero con un toque único de ironía.

Silencios prolongados, incómodos e innecesarios. Tristeza, desesperación y frustración. Decepción y desengaño. Familia. Tierra natal, injusticia y situación política. Amor y sus diferentes formas. Búsqueda de respuestas y del yo interior. Y sin olvidarme de ese maravilloso guiño a Tsvietáieva qué tanta ilusión me hizo.


Siempre digo lo mismo y tengo la percepción de que me repito una y otra vez pero es la realidad. Es muy complejo hablar sobre poesía y eso es porque me parece un género muy personal. El verso que me despierta mil sensaciones puede que a ti te deje totalmente fría. También puede suceder al revés. Por lo que siempre me centro en lo que yo he sentido y animo a probar, a dar una oportunidad. A leer un poema, cerrar los ojos, sentir y reflexionar.