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Es está una obra inconclusa porque el tiempo acordado se había cumplido, así que por fuerza y deseo mayor debemos aceptarla por concluida y si es de nuestro gusto y entusiasmo propio, explorar en nuestra mente su multiplicidad de posibles finales desde las meditaciones oníricas con la cabeza apoyada en la venta del bus o las elucubraciones escatológicas en el retrete en pos de rendir homenaje sentido al taciturno Solano Patiño. Noche sin fortuna, una novela que la muerte de su autor termino convirtiendo en cuento o tal vez en diario de reflexiones según sus propias notas de la obra, un compendio de las pasiones e intereses del autor que el tiempo no logra opacar con telarañas, ya que su carácter contemplativo conjugado con un horror psicológico personal, logra resaltar los pensamientos más profundos de su protagonista frente a los temores de crecer, el desasosiego mental al sentir el abandono del mundo propio, la perdida de los sueños, el abrazo de un entorno asfixiante que trae consigo el amor antropófago representado por una mujer tan exuberante como la mirada de quien la contempla. Una lectura atrapante pero tal vez no la mejor opción para que sea el primer acercamiento a la obra de Caicedo de un neófito. Esta edición aparte de la historia principal y algunas notas del autor, cuenta con el relato corto de “Antígona” quien es personaje principal en Noche sin fortuna, pero que en esté se explora sus orígenes, un relato que considero necesario y casi de obligatorio conocimiento para todos aquellos que disfrutamos y nos apasionamos con la literatura de H.P. Lovecraft. Así como en Que viva la música o el atravesado, es un placer recorrer las calles de esa vieja Cali de la mano de las letras de Andrés Caicedo. |
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