Yo confieso

La novela cuenta la vida de Adrià escrita por él mismo a través de un manuscrito, que se va intercalando en la lectura junto con otras historias. Todas las historias tienen como nexo común: un violín Storioni propiedad de su padre, coleccionista de antigüedades, que guarda en un despacho bajo llave. La infancia y adolescencia de Adrià marcadas por la falta de cariño y las grandes exigencias académicas de sus padres, están llenas de preguntas sin respuesta a las que con los años irá encontrando respuesta él mismo.

Las diferentes historias, que abarcan desde el siglo XIV hasta el momento presente, aparecen desordenadas como las piezas de un puzzle que poco a poco van encajando hasta llegar al final, así nos encontramos con saltos temporales y de narrador incluso en la una misma frase o en un diálogo de forma abrupta, lo que hace la lectura muy compleja y tremendamente exigente para el lector. Las historias van recorriendo todos los horrores en los que ha incurrido la humanidad a lo largo de este tiempo descritos con mucha dureza. Un libro sobre el mal, el dolor, la venganza y la culpa, pero también sobre el amor, la redención y el perdón. Yo confieso es sin lugar a dudas un novelón, una obra de arte literaria, construida de una forma magistral. Es un libro complejo, pero increíblemente interesante, no había leído nunca nada parecido. 

Me conmovió la vida de Adrià y me encantó conocerle y acompañarle a lo largo de su vida, será uno de esos personajes que no se olvidan. Como lectora este libro supuso un reto y una gran satisfacción ir hilando las diferentes historias hasta el final. En ese sentido lo disfruté muchísimo y no sé cuándo será, pero seguro volveré a leer a Jaume Cabré