LAS DOS GRACIAS: Maniquea historia (novela corta: unas 100 páginas) que nos presenta a Gracia López—la Gracia mala— y a Gracia Vargas —la buena—. La buena es angelical, santamente humilde, abnegada, buena madre y excelente hermana. La mala es malísima, presumida, envidiosa, orgullosa, calumniadora y sin escrúpulos. No es casualidad que la buena sea de origen aristocrático venido a menos y la mala sea de origen humilde enriquecido. La mala malísima cometerá un pecado imperdonable contra la buena que ésta perdonará sin problemas en el lecho de muerte (de la mala: Gracia López). Gracia López calumnia a la buena por envidia y acabará muriendo de cáncer en el brazo con el que escribió el anónimo. El brazo acabará desprendiéndose del cuerpo moribundo de Gracia López: «Sobre aquel velador estaba extendido un brazo con su mano inerte, helado, muerto. Habiendo destruido la acción del cáncer todos los nervios y ligamentos del brazo derecho de la enferma, éste se había desprendido en la pasada noche, como lo habría hecho el de un esqueleto, y había sido depositado allí». Al final, la mala malísima se arrepiente, es perdonada, tras confesar sus pecados y expiarlos y logra la redención. LA FARISEA: Uno de los mejores cuentos de Fernán. Como su título indica nos presenta a una joven egoísta que aparece a los ojos de la sociedad como ejemplar. En ella todo es apariencia y ansia de figurar, pero no es capaz de amar a nadie sino a sí misma. Para lograr alta posición social se casa con el brigadier Campos, de una bondad similar a la del Stein de «La Gaviota». El retrato del personaje antipático es interesante y logrado. A Fernán le salen mejor los personajes que le caen mal: ya pasó con la Gaviota. El carácter moralizante no es tan obvio como en otras obras de la autora aunque está muy presente. |