El custodio de los libros

Ni la vida de un hombre, ni la de ciento…
Galicia 1464. al pequeño monasterio de la Misarela, en la Ría de Arousa, llega un extraño monje en la oscuridad de la noche con un cargamento tan peligroso como misterioso: cientos de libros y códices de tiempos inmemoriales de lugares lejanos que han podido ser salvados de una Toledo que se agita en revueltas cada vez más constantes. 
Fray Luis de Ligunde, guerrero de la orden de los Caballeros Hospitalarios de Rodas y custodio de tan maravillosa biblioteca, ha sido el encargado de proteger, copiar y difundir el enigmático legado durante toda su vida.
La llegada de este tesoro al monasterio provoca un cataclismo en la vida de la pequeña comunidad, desencadenando a su paso una serie de acontecimientos que serán de vital importancia en la vida tanto de Luis como de las personas que lo rodean.
El veneno corre por las venas de este mundo desde el principio de los tiempos
El poder y la ambición siempre van de la mano. Esteban de Junqueras, el amo y señor de las tierras es sin duda ese poder y ambición personificada. Su ansia de doblegar a todos es tan grande que Luis de Ligunde no puede con tantas injusticias y acabará por implicarse en ellas poniendo en peligro tanto su vida como a la biblioteca.
Baia, la joven que a manos de junqueras sufre la peor de las ignominias, es rescatada por Luis, que con ayuda de su más fiel sirviente Tato y el señor Alonso de Goians conseguirán que la muchacha traiga al mundo a Xerome, que llegará a convertirse en el nuevo custodio de la legendaria biblioteca.
Como telón de fondo nos encontramos inmersos en la mitad del siglo XV, donde una jovencísima Isabel I de Castilla se enfrenta a una dura guerra civil por hacerse con la corona contra su sobrina Juana, más conocida como la Beltraneja. Tras cinco largos años, Isabel ahora llamada la católica se hace con el poder junto a su marido Fernando y juntos emprenden grandes gestas como la conquista de Granada, el descubrimiento de América o la creación del tribunal de la santa inquisición. Es este último el que acecha constantemente al poder que los libros tienen y por consiguiente a la biblioteca tanto del pequeño monasterio como del resto de biblioteca que aún está escondido en las profundidades de Toledo.
Mi opinión:
El custodio de los libros es sin lugar a duda una obra llena de una rica documentación, obra dividida en cinco partes que abarcan desde el 1464 al 1502 siendo testigos de la guerra civil que lleva a cabo Isabel contra su sobrina hasta el descubrimiento del nuevo mundo. Con capítulos cortos, intensos y trepidantes que no dejan tregua al lector. Las intrigas políticas de la época, la serie de acontecimientos sin tregua que le suceden a cada personaje mezclado con las conjuras y las traiciones hacen de este libro una aventura histórica difícil de olvidar.
Con un rosario de buenos personajes, Rodrigo ha sabido plasmar a la perfección un tiempo convulso, donde la iglesia y la política iban muy unidas de la mano.

Tato, el sirviente del monasterio ha sido para mi el personaje más entrañable que aún no teniendo sus plenas facultades resultó ser más valiente que el más aguerrido de los guerreros, o Xerome el joven amanuense, discípulo incondicional de Luis y que supo salvaguardar la biblioteca hasta el final. 
En conclusión, un libro que pretende reflejar la persecución que han tendido los libros a lo largo de la historia, donde el odio y la ignorancia han jugado crueles contra ellos. 
Tal vez nuestro monje estuviera en lo cierto, o tal vez no. 
Por si acaso, mantengámonos despiertos.
Allí donde quemen libros, acabarán por quemar personas.