La caricia de la bestia

Hoy os traigo la reseña de un thriller al que tenía muchas ganas de hincarle el diente por el toque sobrenatural que parecía impregnar sus páginas ante la idea de encontrarnos con una investigación policial cuyo principal sospechoso es... ¿un zombi? ¿Quién no se siente atraído ante esa idea? Yo sin duda caí de cabeza y me parecido muy interesante el resultado y como se ha ido desarrollando toda la investigación hasta dar con la verdad y el por qué de que todas las personas que sobreviven a un ataque en el interior de ese bosque describen al agresor como un muerto viviente.

El primer capítulo ya nos mete de lleno en la historia, en el quid de la cuestión. Una pareja de jóvenes que se adentran en el bosque para tener intimidad son salvajemente atacados por un extraño ser al que describen como un zombi. Cuando la inspectora Laura Tébar y el subinspector David Merino, también conocido como Cons, son asignados al caso y se enfrentan a las primeras declaraciones de los supervivientes, se quedan de piedra: los dos jóvenes coinciden en que fueron atacados por un zombi, y las pruebas para corroborar esa historia son bastante claras: el chico que fue atacado ha quedado totalmente desfigurado tras el ataque, donde el zombi le mordió la cara y le arrancó casi toda la mandíbula; y su novia, que tuvo mejor suerte que él, afirma que le golpeó con un palo sin que éste mostrase el más mínimo signo de dolor, hasta que le dio un golpe certero en la cabeza que acabó con su vida. El caso, por extraño que parezca, parece estar a punto de cerrarse. Tienen la declaración de los supervivientes y el cadáver del atacante y todo cuadra, al menos hasta que otro ataque de similares características vuelve a tener lugar en el bosque de Grazalema, haciendo que Tébar y Cons comiencen a intuir que hay algo mucho mayor detrás de todo y que quizá, esos supuestos zombis, sean consecuencia de algo mucho más intrincado y peligroso de lo que se imaginan.

La novela está narrada en tercera persona y nos permite conocer la perspectiva de varios personajes de la historia en función de su grado de importancia en cada momento. Los principales son Laura Tébar y Merino, de los cuales conocemos no sólo su profesionalidad y cómo se hacen cargo del caso tan extraño que se les presenta, haciendo conjeturas de todo tipo, descartando las menos plausibles y buscando, por todos los medios, aquella que de verdad les lleve por el buen camino, por muy conspiranoica que pueda parecer. Pero también conocemos a estos dos personajes de manera personal, fuera de las paredes de la comisaría de policía, con los problemas y las situaciones a las que hacen frente en un entorno más familiar y personal.
Lo mejor de esta novela son los personajes, desarrollados con mucho cuidado y desvelando circunstancias de sus vidas a cuenta gotas, haciendo dudar al lector sobre la moralidad y decencia de cada uno de ellos hasta que se desvela todo, sobre todo en el caso de Tébar, donde su conversación con cierto personaje a través de Facebook me hizo plantearme algunas teorías que, aunque finalmente no fueron acertadas, hizo mucho más jugosa la historia y el juego entre lector y detective.

Laura Tébar es una mujer de poco más de cincuenta años, toda armas tomar, con un pasado tormentoso y a la que le gusta tener el control de todo lo que le rodea. No le gusta nada dejarse llevar por sus sentimientos y siempre lo tiene todo atado, calculando cada situación con antelación y haciendo uso del sarcasmo siempre que puede. También destaca por su odio hacia los hombres y por la forma en que los trata, siendo Cons, su nuevo compañero, la figura con la que se desahogará los primeros días de trabajo. Esta actitud hacia Cons no me ha gustado mucho, aunque sí es cierto que luego la relación va mejorando y conocemos el pasado de Laura, que le da algo de sentido a una actitud que, aún así, la he sentido demasiado brusca y exagerada.
Merino es la otra cara de la moneda. Un vasco de veintinueve años recién llegado a tierras gaditanas, intuitivo, listo y con ganas de hacer su trabajo lo mejor posible. Lo malo es que se le asigna a Tébar como compañera y ésta no se lo pondrá nada fácil. Se le conoce como Cons por Conspiranoico, siempre pensando que hay algo más detrás de todo. ¿Acertará esta vez?
Entre los dos nace una lucha constante, por parte de Tébar tratando de hacerle saber que es su superior y hará todo lo que ella diga, y por parte de Merino tratando de demostrar que su trabajo es lo más importante para él y que sabe hacerlo bien. Pero también, junto a ese tira y afloja en el trabajo, aparece cierta tensión sexual que en ningún momento llega a consumarse, pero que está presente y hace que la relación tanto personal como profesional de ambos personajes sea más atrayente y emocionante para el lector, con esa lucha de sexos, y el compañerismo que se va forjando por encima de todo.

Con el inicio de la novela en pleno ataque zombi parece que la historia va a mantener la emoción desde la primera página, pero no es hasta casi la mitad de la novela cuando todo empieza a coger ritmo y a sorprender al lector. Los primeros capítulos muestra cómo Tébar y Merino dan palos de ciego sin parar, viajando de una teoría a otra, interrogando a testigos, a víctimas, reuniendo información de los médicos forenses, realizando búsquedas en internet, etc., y ese continuo rodeo se hace algo pesando. Por suerte, cuando todo empieza a cobrar sentido, la trama se vuelve intensa y te absorbe hasta el final. Hay varios giros de trama que no me esperaba y que me han gustado mucho, Además, otra sorpresa que me dio esta novela fue el emplazamiento de la trama: la Sierra de Grazalema en Cádiz. Como ya he dicho en muchas otras reseñas, siempre es un gusto conocer y leer historias, no sólo de autores gaditanos, sino también de historias ubicadas aquí, pues consiguen que me traslade más fácilmente a la ficción por la cercanía y la realidad de la ubicación.

Al final no ha sido un thriller marcado por lo sobrenatural y el término zombi ha viajado desde la percepción más literal del término a la más metafórica, pero sí que se ha convertido en una historia muy bien narrada y visual, fácilmente trasladable a una pantalla de cine o televisión, con giros que sorprenden al lector en cuando al curso de la investigación policial, y también con mucha atracción e inquietudes en cuanto a los secretos personales los dos protagonistas.

En resumen, 'La Caricia de la Bestia' es un thriller de misterio donde nada es lo que parece y donde el término zombi adquiere un cariz diferente e inquietante. Una investigación policial en los bosques de la sierra de Cádiz de la mano de una pareja de detectives de lo más dispar que hallará la verdad detrás de una serie de ataques y secuestros que parecen ocultar algo mucho mayor y peligroso.

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