La caricia de la bestia

En el primer capítulo nos encontramos con una brutal escena: dos chicos que se estaban besando en el bosque son atacados salvajemente por un extraño ser. Cuando la inspectora Laura Tébar y el subinspector David Merino, alías el Cons, leen el informe se quedan totalmente petrificados: los chicos dicen que el atacante fue un zombi. Cerca del lugar de la agresión descubren al zombi, un “chico” aparentemente normal que ha caminado con la pierna rota tras la agresión aparece muerto tras el ataque de defensa que hace la chica para salvarse. Todo el caso parece cerrarse, tienen la declaración de la chica y el cadáver del chico, hasta que vuelven los ataques de otro extraño ser y Cons comienza a intuir que nada es lo que parece y envuelve a su jefa en una posible conspiración de un caso muy intrincado y difícil de desenredar.

La novela está narrada por tercera persona con gran conocimiento de cada uno de los personajes. Y es que lo mejor de la novela, para mí, son los personajes. Están desarrollados con mimo, con multitud de detalles, y actúan de forma lógica y muy real. Además el toque divertido e irónico que rodea a la novela y sobre todo a los personajes hará que los personajes nos parezcan más entrañables y cercanos. Laura Tébar es la gran protagonista de la novela, una mujer de “armas tomar”, con un pasado tormentoso y que le gusta tener el control de todo y no dejarse llevar por sus sentimientos. Mientras que su nuevo compañero, Merino, es un vasco nuevo en tierra gaditana, intuitivo, listo y que quiere hacer su trabajo bien y cumplir su cometido y deber sin hacer daño a nadie. Entre ambos nace una confrontación y muchas desavenencias que la autora rodea en todo momento y finaliza en apetito y tensión sexual entre ellos, no sabremos si cuajará o no finalmente o si culminará en una relación entre ellos. Me ha gustado mucho este juego entre los dos, esa lucha de sexos, y como poco a poco nace entre ellos una bonita amistad y compañerismo inesperado.

La novela está ambientada en la sierra de Cádiz, más concretamente en el pueblo de Grazalema. Pasearemos por los bosques, por las carreteras con una lluvia cuantiosa ya que este pueblo es el más lluvioso de todo Andalucía. Un lugar de ensueño que se convierte en un lugar peligroso, con una serie de agresiones brutales e inexplicables de unos seres no se sabe si sobrenaturales o no. Una ambientación gris, inquietante y durante toda la novela sentiremos la exposición de los protagonistas a peligros inminentes y sentiremos sobre todo al final una angustia intensa. La novela tiene momentos más de quietud donde la relevancia la tienen los personajes, y donde la trama va de menos a más: al principio casi no pasa nada, la autora nos marea con hechos intrascendentes, pero a mitad de novela la historia coge ritmo y nos mantiene absorbidos hasta el final. Tengo que decir que ha habido varios puntos que no me esperaba, y que me han dejado estupefacta y el final me ha gustado mucho. He escuchado a la autora comentar que tiene planeado sacar dos libros más, y me encantaría leerlos ya que los personajes me han parecido una delicia y me gustaría conocerlos mucho más.

La novela me ha gustado bastante. Aunque al principio lo cogí con mucho entusiasmo, tras los primeros capítulos se iba diluyendo en temas que no tenían importancia, pero como decía antes, a mitad de novela, la trama coge impulso y da un giro para volver a captar ahora sí de forma sólida al lector dejando de lado los temas sobrenaturales y formando una investigación mucho más real y actual de lo que en un principio pueda parecer. Peligros y agresiones, chicos perdidos y humillados, conspiraciones y corrupción del poder… son solo algunos elementos que podemos encontrarnos en la trama. Una novela de misterio a ritmo de thriller que va de menos a más, donde nada es lo que parece y con unos personajes soberbios y una trama diferente, muy divertida, original y muy inquietante. Una novela con muchos y potentes componentes cinematográficos que es muy entretenida y fácil de leer.

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