La fiesta prohibida

Cuando nuestros ojos se encuentran, necesito toda mi fuerza para no mirar hacia otro lado. Pero he dejado de ser una cobarde.

Y lo curioso es que a menudo uno recibe exactamente lo que le pide al mundo

Me miro en el espejo una última vez. No sé qué me depara el resto de la noche, pero al menos estoy haciendo algo inesperado. Estoy viviendo la vida al límite. Estoy saltando desde un acantilado sin paracaídas. ¿Qué puede ser más emocionante?

No existe el momento perfecto. La vida es lo que tú haces de ella.

Lo único que digo es que mereces a alguien que te diga lo que siente. Alguien que no tenga miedo al rechazo. Alguien que no tenga miedo de decirlo todo.

Tengo miedo de la vida. Miedo de vivir de verdad.

Y odio que actúes como si no fueras el personaje principal de tu propia película. Cambiaría eso alguna vez?

Y lo curioso es que a menudo uno recibe exactamente lo que le pide al mundo.