La virgen en el jardín

El pacato y tantas veces falaz dilema entre el arte y la vida. El lenguaje y el conocimiento como medios de interpretar el mundo y poder elaborar un mapa mental, un plan de acción para el crecimiento. Los tres Potter luchando por hallar su propio camino en el año de la coronación de Isabel II, y enmarcada en la preparación y estreno de una obra en verso sobre la reina virgen escrita por un buen amigo, vertebran esta novela que es un completo goce de contratiempos vitales expresado en las más alambicadas imágenes; entre una teosofía que habría considerado delirante el mismísimo David Herbert (a quien debo releer un día de estos): esa $biosfera integrándose en el nous" es risible, pero también ardiente como un sacrificio ritual; esa reconstrucción histórica mas bullente de savia y sangre cuyos ensayos nos proporcionan las escenas más jocosas (y más emocionantes que cualquier thriller) y ese matrimonio entre el cielo y el infierno en el que nada es lo que podría, al principio y en principio, parecer.

Y más, infinidad más y mejor, con un inconmensurable hato de revelaciones y destellos; cada libro de Dama Antonia que atrapo me aferra, me sacude, me obliga a cabalgar sus páginas sin descanso, padaleando su simbolismo encarnado en esta curiosa (y apasionante) bildungsroman de la feroz Federica... y compañía; y cuenta conmigo, diosa de la Inocencia y la Justicia.