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Devorado en menos de 24h. Cadaqués cómo epicentro. Visitarlo dos veces me ha bastado para adentrarme visualmente en ésta novela. Y ahora deseo visitarlo mil veces más. Sabía que trataba el duelo, lo tenía en la retaguardia, pero no me atrevía a leerlo por circunstancias de la vida. Ayer dije: es el momento. Y lo ha sido. Narración vertiginosa que te atrapa. Blanca ha perdido a su madre por una enfermedad que arrastró meses. Meses de ambulancias, sillas de ruedas, urgencias de madrugada... Muy cercano todo. Cree contrarrestar ese dolor con hombres. En absoluto me siento identificada con ella en eso pero en la manera que narra su vida a su madre, la manera que trata recuerdos, el dolor, la tristeza... Si. No para de hablarla continuamente con ella, como si se tratara de un diario sólo para ellas dos. Gracias a ella es quién es y se encarga de recordárselo continuamente. Amor absoluto hacía su madre. Está rota de dolor. El final es bestial, he llorado. Y el epílogo es una maravilla de la Autora. Es un dolor de la pérdida desgarrador y a la vez de lo más introspectivo que he visto jamás. Esta novela se convierte en incondicional para mí. Gracias Milena por esta obra que despieza página a página la tristeza, el dolor y el duelo. |
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