Me a tenido super enganchada desde la primera pagina, son capítulos cortos fáciles de leer. Si hay una época para los secretos, los sueños y las confidencias, es sin duda la adolescencia, y que una joven desaparezca sin dejar rastro es un pistoletazo de salida siempre interesante. O eso al menos se deduce al arrancar la lectura de esta novela firmada a medias por Pascal Buniet y Karlota Rocha. La joven Lucía, introvertida, gran lectora, escritora en ciernes, se ha esfumado como por ensalmo, y la inspectora Elena del Río revolverá Tenerife sin descanso alguno. En esa búsqueda, Buniet ha decidió tomarse las pausas pertinentes para, sin que se resienta el trabajo policial, danos a conocer también las interioridades y el pasado de los personajes más destacables, madre y padre de Lucía, amigos, algún confidente que otro, su profesora, su padrino, su autor favorito y también, aunque en menor medida, la propia inspectora. Y salpimentando esos datos, las reflexiones de la joven desaparecida junto a unos textos muy curiosos que ella misma escribe y brinda al mundo, a veces sin esperanza de respuesta, a veces como una botella lanzada al centro de un océano. Así que aquí no hay sólo trama policial, que está, pero sin cansar al lector, sino un gran misterio barnizado por un buen puñado de secretos que irán poco a poco desbrozándose, como si la novela estuviera sometida a un baño de rocío que cada mañana nos desvelara una faceta más de alguien, de un pasado, de una vida, de un sueño. Y eso sí, sin olvidar tampoco que los juicios acelerados nunca son buenos, y que el amor y la dedicación, si se confunden demasiado, pueden dar lugar a la más distorsionada de las venganzas.
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