J.J. Sánchez y el último sábado fantástico

Pero yo no venía de humor, la verdad. Estaba triste. Extrañé a mi mamá como nunca y ahora sentí que el viaje se me había escapado...que no tenía otra posibilidad de ganar dinero, que era un fracasado de quinta y que mi vida no valía nada. Es que cuando me da por ponerme tanguero, me lo tomo muy en serio

Así de todo. Que uno no le da valor a las cosas que tiene sin pensar que hay niños que no tienen nada de eso. Y piensa uno entonces que son puros rollos de los papás, que son unos exagerados...Que a veces los papás tienen razón

Así es la vida, si uno no tiene algunos genes de gato por ahí en el organismo, aunque se tiré de una altura de un metro le puede pasar algo horrible

Quisiera pensar que estoy contribuyendo a que el mundo sea un lugar un poquito mejor. También es importante para mí que algún día tú y tus hermanos se sientan orgullosos de su mamá

Bueno, hay que decir también que mi Bisa no es precisamente una de esas abuelitas de cuento que hablan con dulzura y hornear galletitas. Mi Bisa a todo el mundo le habla golpeado y si quiere galletas las compra hechas

A pesar de todo, Chiapas no parecía estar tan lejos. Pero la Ciudad de México tampoco parecía ser tan grande como es. Así que quién sabe como es que manejan las distancias los que hacen los mapas de los libros de la escuela.

A estas señoras les da por apostar. No apuestan dinero, apuestan cosas que tienen, o pasteles, o una bufanda tejida; así es que muy innovadoras con eso de la pachanga, pero en el fondo todas siguen siendo abuelitas