Mi hermana, asesina en serie

Ayoola y Korede son hermanas. Ayoola mata a sus novios, Korede la cubre.

Investigando autoras negras me llamó este libro. No sé por qué esperaba que estuviera escrito con humor y que fuera una historia para pasar una tarde tranquila de verano. Y, la pasé, me lo terminé en una tarde pero no está hecho para reírse.
No es un libro largo, no llega a las 200 páginas, está dividido en capítulos cortos, algunos muy cortos, y está escrito de manera directa, algo cruda, a veces. No llegas a empatizar con ninguna de las dos; muy diferentes al principio, a medida, que avanza la trama van encontrándose y difuminándose la una en la otra.
Para mi, Korede es la que tiene una evolución más marcada, y el libro destila una sensación antiséptica, incluso de frialdad, a pesar del torbellino de emociones por el que pasan las hermanas, muy parecida al olor a limpio que deja la lejía que utiliza Korede.
En algunos capítulos, vuelve para atrás para explorar la infancia de las protagonistas y entender como se han convertido en lo que son, y ni aún entonces conseguí empatizar. Lo leí desde la distancia pero sufriendo por saber el final.
No resultó lo que pensaba, pero me gustó igual, y me dejó una sensación entre el rechazo y la curiosidad que todavía no había experimentado leyendo.