Un sonido atronador

Del autor leí hace mucho “Farenheit 451” (y me gustó), pero este cuento es brutal, en muy pocas páginas consigue hablar sobre un concepto bastante complejo como es la teoría del caos y, además, ponerte los pelos de punta.

Nos situamos en el año 2055, en el que existen empresas como Time Safari que se encargan de organizar viajes al pasado para cazar animales ya extintos, como el mismísimo Tyrannosaurus Rex. Este tipo de actividades son solo accesibles para personas muy ricas, como es el caso del protagonista. El sistema es muy estricto: los viajeros en el tiempo no pueden salirse del Camino, una plataforma creada por la empresa que trata de no modificar el entorno, y tan solo podrán matar a los animales que los guías les indiquen, y que están previamente marcados con pintura roja. Cualquier cambio podría provocar modificaciones a futuro de esa y muchas otras especies, ya sean plantas o animales. Es por ello que la empresa se encarga de estudiar a los animales y elige a los que van a morir ese mismo día para ser exterminados.

El protagonista es un poco el típico listillo que pone en duda todo lo que les cuenta el guía. Su chulería le dura hasta que ve al Rex, y el impacto es tal que se ve incapaz de disparar su arma. Este incidente será determinante, puesto que la impresión le hace salirse del Camino y el resto de viajeros están a punto de morir por su culpa. Y, de vuelta al 2055, se darán cuenta de que su viaje ha provocado cambios…

La lectura me ha hecho reflexionar sobre cómo somos los humanos, que nos creemos seres superiores al resto, capaces de hacer y deshacer a nuestro antojo. Pero realmente nunca podremos superar a la Naturaleza ni modificarla sin repercusiones, las cuales, a la larga, provocarán cambios para nuestra especie. Bradbury consigue con este relato adelantarse a las investigaciones de su tiempo (¡lo escribió en 1951!) y plantear cuestiones de gran relevancia incluso a día de hoy. Además la edición ilustrada de Nórdica es preciosa.