Pasajera

El presupuesto de la trama me gustó, es una lectura fácil, la autora no se enreda mucho en los porqués de esta habilidad que tienen para “viajar” y recrea un poco cómo funciona este mundo. Tenemos personajes bien construidos, un poco rotos, amarrados a una realidad que los supera, pero que dan la talla, Etta es una chica, muy madura, que ha vivido de espaldas a su propio mundo, concentrada en destacar en el violín, y de un momento a otro es lanzada al vacío, tiene que aprender a lidiar con su entorno y todos los personajes manipuladores con los que se encuentra, lucha por regresar a la vida que conoce; Nicholas queda fascinado por esta chica, tan frágil y valiente y trata de ayudarla en su misión. Juntos recorren diferentes espacios y tiempos, cada un cargando sus propias inseguridades, perseguidos por traiciones, mentiras, egoísmo y ansias de poder, encuentran el amor, pero no saben si eso será suficiente para altar todas las barreras que encontrarán a su paso. Sophia es un personaje muy interesante, una mezcla de rebelde y sumisa que evidentemente es un reflejo de su época. Me gustó mucho como Alexandra Bracken nos lleva de viaje por diferentes escenarios: París, Damasco, Palmira, Londres, aunque no se recrea especialmente en ellos al punto de hacer monótona la lectura, nos da pinceladas de cultura e historia en cada uno de ellos. No me gustó que el final nos dejara colgando de un precipicio, no me gustan las novelas que te obliguen a buscar otra lectura para llegar al final, ya sé que forma parte de una biología, pero con ese final más bien es una historia partida en dos… de todas formas logró interesarme lo suficiente para que busque Caminante, la segunda parte, y me entere de lo que pasa con Etta y Nicholas; también quiero saber que pasa con Sophia y el resto del elenco.