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Soy muy fan de las distopias, y está desde luego se ha convertido en una de mis favoritas. Esta escrito de una forma cruda y gris que consigue atraparte desde el principio. Había momentos en los que me metía tanto en la historia que podía imaginarme perfectamente un futuro para nosotros como ese, oscuro y sombrío. Todos los personajes pasan por tanto siendo tan jóvenes. Sobreviven en algo parecido a campos de concentración, obligados a trabajar diariamente, prácticamente condenados a una vida encarcelados. Y Ruby, nuestra protagonista, me encanta, es la intrépida heroína de dieciséis años. Fuerte y valiente, solo que ella todavía no lo sabe. Hay mucho potencial en Ruby desde el principio, pero el miedo a ser descubierta le impide ir más allá, y según se desarrolla la historia se va conociendo más a sí misma y en consecuencia, haciéndose cada vez más poderosa. Aunque, incluso escondiéndose, cualquiera podía ver que era un terremoto. Además, encontrar una familia como lo hace en Liam, Chubs y Zu termina de darle la confianza y el apoyo que ella necesitaba. Y en un mundo tan destrozado ese punto de esperanza hace que te sientas concetado con el libro y sus personajes. |
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