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Segundas partes nunca fueron buenas… o si¿? El niño con el pijama de rayas fue uno de los primeros dramas que leí ya en edad adulta. La historia de Bruno me unió a una etapa histórica brutal, sanguinaria, de la que no pude parar de leer hasta el día de hoy, la Segunda Guerra Mundial. Es un libro que he tenido muy idealizado, al igual que la película (adaptación que adoro), un libro que vendió más de 11 millones de ejemplares, así que cuando me enteré que 17 años después iba a salir su continuación… no daba crédito! Era escéptica, para mi era seguir rentabilizando… y a ver, sigo sin tragarme su nota de “esta idea la pensé al terminar la primera novela”… el caso es que el resultado ha sido una maravilla! Puntadita en la boca y a seguir! En esta ocasión seguimos la vida de Gretel, la hermana mayor de Bruno, en dos líneas temporales que se van alternando: - En 1946, en París, una adolescente con su madre huyendo de la guerra y sobretodo de su identidad alemana nazi sin poder confiar en nadie. - Y en Londres, en la actualidad, a punto de cumplir 92 años, cuando un matrimonio y su hijo Henry de 9 años se mudan al piso de abajo. Todo despierta en ella recuerdos de ese hermano cuyo nombre nunca pudo volver a pronunciar. En este libro para mi la clave está en trabajar la culpa, la redención… sacar a relucir sus peores pecados… añadirle un personaje, uno que todos vamos a odiar, ese que representa la plaga en nuestra sociedad actual, juntar lo peor de las dos épocas y sumarle un ritmo de lectura frenético por sus tiempos alternos… Resultado? MAGIA En tres ratos os encontraréis en el último capítulo gritando: Mis respetos Señora Gretel! Así que lo recomiendo? Si! Mucho! |
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Crítica de EreaWhitethorn
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