Algunos escritores han abordado, de distintas maneras, aquellas cosas cuya tentativa de mencionar nos hace creer que el lenguaje se queda corto para expresar la profundidad de nuestros sentimientos. Y muchos de ellos manifiestan esta dificultad. Sin embargo, para un escritor resulta natural intentar denominar y describir lo que se queda apelmazado en el centro de nuestro ser. Para mí, es un libro maravilloso y valiente. Pero, ¿cómo dar por escrito lo que no tiene nombre? |