Alguien que te quiera con todas tus heridas

Bob-Waksberg (autor de la serie BoJack Horseman, la cual me planteo muy seriamente ver después de esta lectura), se plantó hace un par de años en el panorama literario con paso firme y con la certeza de hacer algo que quizá escritores/as más laureados no consiguen tan fácilmente: hacernos pasar un buen rato.

Ha creado 18 piezas (historias, reflexiones) que, con el ritmo, la locura y la frescura de una serie de televisión joven, hilarante y generacional, conseguirán no solo arrancarte una sonrisa íntima sino golpear levemente donde más duele: precisamente en la histérica y sensible concepción del mundo y las relaciones.

Con un prólogo sensacional que te pondrá los dientes bien largos, desearás encontrar ese pequeño rato en la vorágine del tiempo diario en el que disfrutar con la ironía y la sencillez de un texto extraño pero tremendamente satisfactorio. Definitivamente, un libro muy adecuado si tienes poco tiempo al día para leer.

Como siempre ocurre en un libro de textos variados y/o relatos, hay algunos que son fascinantes y otros que pasan más desapercibidos. Lo que me ha sorprendido precisamente de algunos de estos textos es la hondura que se esconde bajo una forma aparentemente trivial y superficial.

En algunos momentos llegan incluso hasta un absurdo ligeramente incómodo, como el que ocurre en algunas series de comedia estadounidenses, pero que es sin duda lo que marca la diferencia entre el humor de Waksberg (creado para más allá del texto) y un simple toque humorístico.

Pero, desde luego, más allá del surrealismo y la comicidad, me quedo con algunas punzadas, con los aguijones de la realidad, con ese suspiro que permanece suspendido en el aire cuando lees alguna de esas frases que roban el aliento cotidiano; porque, aunque pueda no parecerlo, podemos sentirnos perfectamente como alguno de los personajes del libro.

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