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Bueno como olvidar que el año pasado (2020), decidí comenzar con esta lectura, cortita, pero estremecedora. Bien podrías devorar este libro en una tarde, pero eso si no sientes la crudeza , que al menos a mi, me obligo a detenerme y digerir la descripción con la que Liliana nos lleva de la mano por la historia, aunque si lo miras de cerca puedes ver la realidad que se vive en algunos lugares del país. Esa realidad que nos muestra como ante cada desaparición de un niño o cualquier persona, se sigue un proceso que casi nunca cambia, la unión de las personas cercanas tratando de ayudar a los padres, la angustia que llega a destruir a las familias de la victima, por no poder sobrellevarla y ciertamente que difícil resulta solo planteárselo, la continuidad de la vida, por que si, todos te apoyan en un principio, pero dependiendo del tiempo las cosas siguen su curso y las familias se quedan ahí, solas, viviendo de la propia fuerza de su fe. Lo escrito es poco para todo lo que esta autora te hará sentir. |
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