Quirke en San Sebastián

El doctor Quirke, está pasando unas vacaciones en San Sebastián con Evelyn, su mujer. Un accidente tonto lo lleva a un hospital de la ciudad y allí cree reconocer, en una doctora, a April Latimer, una amiga de su hija Phoebe. El hermano de April confesó haberla asesinado pero su cadáver no apareció nunca. Convencido de estar en lo cierto le insiste a su hija para que vaya al País Vasco y salgan de dudas. Phoebe cuenta las sospechas de su padre al tío de April, un ministro irlandés, (no parece que le haga mucha gracia) y al policía que se encargó del caso anteriormente, y éste decide que en el viaje a Donosti la acompañe el inspector Strafford. Empieza una investigación cogida por pinzas que no termina de enganchar.
Paralela a esta historia, conocemos la de Terry Tice, un asesino a sueldo, que ha escapado a Dublín después de asesinar a su jefe. La verdad es que no se entiende bien lo que pinta en la historia hasta casi el final; pero su trama, en la que narra de dónde viene y por qué hace lo que hace, es entretenida.
La historia es entendible (a pesar de ser la octava de la serie). Me ha parecido bastante lenta, llena de divagaciones de exploración del yo propio (hasta el asesino parece dar vueltas sobre su oficio) y la búsqueda de la felicidad, También está llena de topicos, lo que me chirría un poco. Dentro de los libros de intriga que he leído no destaca ni por bueno ni por malo.