Viajamos a Oslo para conocer a nuestros protagonistas: el inspector de policía Holger Munch y la detective Mía Krüger. Una recién nacida fue robada de un hospital en 2006. Un caso que se cerró con pocas pruebas y en el que Mía años después sigue pensando. En el presente una niña de seis años colgada de un árbol, vestida con ropa parecida a un uniforme, una mochila, un número y un cartel El libro comienza fuerte y engancha desde la primera página. Conocemos a varios personajes en especial los investigadores del caso. El pasado que arrastran y las consecuencias que perduran en el presente. Están muy bien caracterizados y la complicidad entre ellos me ha gustado mucho. Una investigación contrarreloj, el autor no da tregua. No hay nada de relleno, todo aporta algo importante a la historia. Dos casos que se mezclan por casualidad y que están hilados perfectamente sin cabos sueltos. El final me ha dejado sin palabras, no lo he visto venir y ha superado mis expectativas. Es la primera vez que leo al autor y sin duda no será la última. |