Proyecto Minath: 1

Cuando duela, simplemente observa… La vida trata de enseñarte algo.

Era tu vida y pertenece a tu pasado. Tu vida ahora es la que ves. Hasta que no aprendas a aceptarla, no podrás estar a gusto contigo misma ni disfrutar de todo cuanto te rodea. Así no serás feliz.

Yo sabía que tú habías nacido para mí, que estábamos predestinadas a estar juntas.

Cuando el amor es verdadero, dan igual los lazos de sangre.

Hacía exactamente cinco años que nos habían trasladado a Minath. Cinco años viviendo en la gran ciudad de piedra, oliendo a tierra mojada, viendo un cielo artificial cubierto por pantallas que simulaban el día y la noche y que controlaban los de arriba. Cinco años desde que la Tierra había explotado.

No importa lo difícil que pueda parecer algo. No importa el tiempo que pueda llevarnos. No importa lo que digan los demás. No estás solo, al menos te tienes a ti. Lucha, amigo, lucha por conseguir tus sueños. Solo tú eres dueño de ellos.

A diferencia de lo que piense la gente, sé que sois buenas personas y yo misma me encargaré de transmitírselo a los demás cuando acabe todo esto.

Y volvió a besarme con dulzura, como nadie antes lo había hecho, con la luna, las estrellas y los lobos como testigos.

—Si cierro los ojos, lo único que oigo es el latido de tu corazón, fuerte, que se acelera cuanto más me acerco.

El libro que estaba leyendo antes de que fuéramos trasladados a Minath era de una escritora española, Laura Gallego. Me tenía hipnotizada la historia de Victoria, Jack y Kirtash en su trilogía Memorias de Idhún.