Los inmortales

Tengo que comenzar esta reseña diciendo que el libro me ha encantado, enamorado y me quedo corto con estos adjetivos. Es impresionante la narración y, sobre todo, lo que transmite. Benjamin emplea el presente para narrar los hechos, con un lenguaje muy sencillo y con una fuerte carga sentimental, enganchando muchísimo y siendo super rápido de leer. al principio, en el primer capítulo, sí que me ha chocado el lenguaje de los cuatro niños, pues pese a su edad parecen mucho más maduros y grandes por la forma que tenían de expresarse.

Aunque los protagonistas son hermanos son todos muy diferentes entre ellos. El libro está dividido en cuatro partes, cada una centrada en uno de los hermanos. Los dos que más me han gustado han sido Simon y Klara, especialmente el primero. Simon, según la adivina, sería el primero en morir, además muy joven. Esto le lleva a realizar una carrera a contrarreloj en la vida, lo que ocasiona que sea también muy imprudente. Este, a instancias de su hermana Klara, se va a San Francisco, donde los homosexuales (él lo era) no están prohibidos, trasladándose a esa ciudad con tan solo 16 años.

Esta desquiciada carrera le llevó a tomar malas decisiones, como el llevar una vida muy libertina incluso cuando teniendo pareja. Si hubiera vivido de otra forma, ¿hubiera muerto otro año? Esa es la eterna pregunta de este libro con todos los protagonistas. Me ha resultado muy curioso que el término "cáncer de los gays" (el VIH) y las noticias y cifras del primer brote sean reales, sacadas de la prensa de la época, y lo he buscado porque tenía mucha curiosidad. Me dolió muchísimo su muerte y su última despedida. Y eso es lo que más me gusta de este libro, el hecho de que Benjamin llega hasta lo más profundo del corazón, tocándote la fibra sensible.

Klara es, quizás para mí, la más débil emocionalmente de los cuatro hermanos. Su sentido de la vida como magia hará que en numerosas ocasiones se evada de la realidad. Es, también, la única que creyó fielmente la fecha que la adivina le dio como su muerte. Daniel y Varya no me caían bien al principio, hasta que llegué a sus historias y me cambió la visión que tenía de ellos. No puedo decir ahora que ninguno de los cuatro no me haya llegado, aunque sí lo han hecho más Simon y Klara.

Me ha resultado curioso un hecho y es que el nexo de unión de los cuatro hermanos haya sido un personaje secundario de más o menos importancia: el policía de San Francisco Eddie O'Donoghue. Hasta este ha tenido una evolución bastante significativa.

Me ha gustado muchísimo cómo Benjamin enlaza de forma perfecta el pasado con el presente en un mismo capítulo, dándonos noticias de casi la totalidad de las vidas de los Gold. Incluso conocemos a la perfección los pensamientos de los cuatro hermanos. Y es con la parte dedicada a Varya cuando te enteras de cosas que se han mencionado en los primeros capítulos.

El final del libro es impresionante y me ha encantado. Hay una cosa en las últimas 50 páginas que me sorprendió muchísimo. Y ya cuando cerré el libro, finalizada la lectura, los regueros de lágrimas me llenaron las mejillas. No se si últimamente estoy muy sensible o este libro ha tocado todas mis fibras sensibles, pero es el primer libro que me ha hecho llorar, y lo he hecho a mares literalmente.

Este libro, como ya he dicho, juega con la eterna pregunta ¿estamos predestinados? ¿nuestra muerte ya está escrita desde que nacemos o nosotros somos los dueños de nuestro camino? ¿La muerte de los hermanos Gold fue porque ya conocían sus fechas y todo lo que hicieron se encaminó a ella? ¿Si no la hubieran conocido sus vidas habrían tomado otro rumbo? Además este libro da un mensaje claro y muy bonito: la vida es efímera para preocuparse por la muerte o estar enemistado con alguien. Y eso mismo acabaron aprendiendo los Gold al final de sus vidas.

En conclusión, es un libro que engancha muchísimo de principio a fin, super rápido de leer y con una fortísima carga sentimental. Vas a coger cariño irremediablemente a los cuatro hermanos y te cuestionarás cosas como el destino o el libre albedrío. Además, el libro tiene un mensaje de vida que todos deberíamos llevar a cabo. Y tú, ¿te atreverías a conocer la fecha exacta de tu muerte?

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