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Silvia es una joven que no llega a la treintena que trabaja en una empresa cuyo jefe fue en el pasado algo más cercano y doloroso de lo que a ella le hubiera gustado. La historia está narrada intercalando los capítulos entre el pasado de Silvia en el que mantenía una relación con su jefe Álvaro, y el presente en el que conoce a su nuevo amigo Gabriel, un famoso cantante. En el pasado podemos conocer con todo detalle la relación que mantuvieron Silvia y Álvaro; el cómo se conocieron, cuando empezaron a salir, todas y cada una de sus relaciones sexuales (demasiadas escenas de cama en mi opinión), sus altibajos y momentos de euforia y, por último, el desastroso punto y final. La relación entre los dos protagonistas se puede calificar perfectamente de tóxica. Ella se implica mucho y él muy poco. Ella piensa en el futuro que les pueda deparar y él no mira más allá del presente. Él es controlador, muy exigente y serio. Ella es de espíritu joven, con una actitud más inmadura de la que debería tener a su edad y se toma todo a cachondeo. Pese a todo esto Silvia tiene las ideas mucho más claras que Álvaro y sabe lo que quiere. En este caso no se puede aplicar lo de los polos opuestos se atraen. La narración en pasado toca su fin en el momento en que conocemos la ruptura de la pareja. Si bien ya tenían una relación tóxica de por sí basada más en el sexo que en los sentimientos, en cuanto se meten terceras personas capaces de influenciar a uno de los dos, la relación está más que finiquitada. En el presente Silvia junto a su mejor amiga Bea se van de viaje para que la primera pueda alejarse de todo lo que le recuerda a su ex. Sin embargo lo que ella no espera es que su alocada amiga la deje tirada por un tío y tenga que pasar la noche en la playa, contándole a un desconocido sus penas y llorando a moco tendido mientras el alcohol se le sube a la cabeza. Este desconocido resulta ser Gabriel, un cantante muy macarra que, poco a poco, se convertirá en su amigo. Un amigo muy especial. La relación de amistad que mantienen Silvia y Gabriel no la he llegado a entender. Son amigos y está claro que hay mucha tensión sexual no resuelta entre ellos. Él siente una profunda y casi inmediata confianza en Silvia y ella algo parecido por él. Supongo que igual que hay amor a primera vista también existirá amistad a primera vista, aunque yo no crea en ninguna de las dos. Los dos pasan muy buenos ratos juntos, se divierten y disfrutan de la vida de lujo en la que se mueve el cantante; hoteles de cinco estrellas, nominaciones a premios importantes, piscinas privadas... Lo que me ha chocado de ellos dos son sus continuas contradicciones entre lo que dicen y lo que hacen. Constantemente se están poniendo frenos y acelerando a la vez. Gabriel afirma no creer en el amor, sin embargo sus actos no corroboran sus palabras. En cuanto a la narración es simplemente perfecta como la de todos los libros que he leído de la autora. Me encanta su pluma tan natural, tan real que consigue meterte de lleno en la historia y hacer que pases los capítulos sin darte cuenta. En cuanto al final, venía de la saga Valeria y sus desenlaces que me dejaban con la boca abierta en silencio y pensando un buen rato. En este caso el final es un final más cerrado que abierto pero que tampoco ha conseguido que suelte una exclamación y que esté deseando leer el segundo. Enlace: http://unavidaentrepalabras... |
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