 |
Silvia es una mujer con una vida estable. Trabaja de lo que estudió, tiene una familia cariñosa y amigas envidiables. ¿Lo malo? Su jefe está demasiado bueno y termina teniendo una historia con él de esas insanas, tóxicas hasta el infinito y a la que se aferra con uñas y dientes porque sí, el amor esa así de masoquista. La historia está contada desde dos puntos en el tiempo diferentes, siempre en primera persona pero llevando una cuenta atrás en el tiempo hasta llegar al presente. Los capítulos se intercalan: uno contando la historia con el jefe, Álvaro, hasta el presente, y otro avanzando en el aquí y ahora, con una Silvia rota de amor que encuentra una nueva persona en su vida que, aunque promete romperla también, le hace bien. Gabriel es esa persona y es una estrella de rock con la que todo se va a ir de la cabeza en poco tiempo. Lo que es esta historia es intensa y confusa. O sea, no. La confundida soy yo. Silvia está persiguiendose a sí misma, buscando un punto medio entre la relación que tenía con Alvaro y la que empieza a tener con Gabriel. Dos puntos opuestos en una vida desquebrajeada, con una protagonista que ya no sabe quien es. Lloré. Lloré un montón. Por Silvia, por todo lo que Alvaro hizo mal, y por todo lo que se prevee que Gabriel hará. Lloré por mí que me enamoré del protagonista equivocado a pesar de las señales, porque aparentemente soy más tóxica que toda esta gente junta. La lectura no me duró nada. La pluma de la autora me parece de lo mejor que he leído nunca y no sé cuanto me va a llevar recuperar mi corazón roto, pero de esta historia no me olvido. Ya terminé el segundo. Lo maratoneé entero anoche y wow. Pero de eso les hablo en su respectiva reseña. Calculo mañana. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
>
