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Así como me enamoré de la saga Valeria, me costó más engancharme con la historia de Silvia. No diré que no me gustó, pero tampoco puedo afirmar que me encantó. El primer libro me costó acabarlo, tardé mucho en leerlo por la forma en que está redactado. Me resultó original, por supuesto, pero el hecho de que cada capítulo hable del presente y del pasado de forma alterna se me enquistó un poco. Seguro que hubo a quien eso le hacía querer leer más, pero a mí me cortaba el rollo. Quizá estaba superenganchada a su historia con Álvaro y al acabar el capítulo y hablarme de Gabriel en el siguiente (o viceversa) y pensar que tenía que leerme un capítulo en medio para saber qué pasaba con Álvaro, me sacaba un poco de la historia y dejaba de leer. Quizá debería releerlo alternando capítulos y leyendo primero toda la historia de Álvaro y después toda la de Gabriel, no lo sé. El segundo me enganchó un poco más al estar escrito de forma lineal y no a saltos en el tiempo, pero la historia me cabreaba tanto que me costaba querer leerlo. Me lo acabé más rápido que el primero, pero por la necesidad de acabarlo cuanto antes. Para mí, hay cosas que no tienen justificación y ese libro despertaba esa parte de mí a la que todo le parece injusto y frustrante. Como ya he dicho, la saga y la historia en sí me gustaron, pero me frustraron mucho algunos momentos y me costó un poco leerlo en otros. |
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