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Esta belleza literaria me ha sorprendido por diversos motivos. La escritora Pilar Bellver se aventura a imaginar lo que podría haber sido una parte de la historia entre Virginia y Vita, con un encuentro en particular como eje principal de la narración epistolar entre ambas (y una carta de Vita a su marido). Es extraño leer correspondencia ficticia, pero como me sucedió con el libro de Poniatowska el recurso resulta ser una maravillosa forma de retratar la intimidad entre los personajes, abriendo al mismo tiempo diversas oportunidades narrativas sin necesidad de una estructura que enmarque rígidamente ni el orden temporal ni los temas o la forma como se abordan. En este caso, además, se hace patente el profundo trabajo de documentación de la autora, que incluye fragmentos de cartas y diarios (es decir, reales) y numerosas notas al pie, que contextualizan, aportan información biográfica e histórica, anécdotas, dan cuenta del entorno social…un auténtico lujo si una desea adentrarse algo más en el conocimiento de ambas escritoras. Ese trabajo « en la sombra » aporta realismo a la ficción pues al menos por lo que se refiere a Virginia Woolf, cuya vida y obra conozco mejor que la de Vita, el efecto está bastante logrado. Aventurarme a decir que Pilar Bellver escribe y piensa como lo hubiera hecho Virginia Woolf me podría salir caro, pero la belleza, sensibilidad y calidad literaria de las cartas es tal que una olvida que no está ante una misiva real. En todo caso, resulta una forma exquisita de imaginar la complejidad y los condicionantes de su relación desde la que podría haber sido la voz de cada una de ellas. Este imaginario es un disfrute loco para una apasionada de Woolf. El libro contiene una segunda parte en un formato muy diferente que a mi me ha resultado chocante, pero aporta datos reales de sumo interés, así como dos recomendaciones para profundizar en el conocimiento de ambas escritoras. |
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