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El libro trae la historia de Salvia, que se convierte en aprendiz de casamentera y parte con una comitiva de jóvenes damas de la nobleza, que pretenden participar en un evento en la capital del reino con el propósito de realizar uniones matrimoniales entre grandes familias, para descubrir más información sobre ellas y, así, ayudar a la casamentera en la selección de parejas ideales. Sin embargo, Salvia acaba siendo reclutada por la escolta militar para trabajar como espía, ya que, aparentemente, hay una conspiración formándose en torno al reino. Es cuando ella se involucra en mucho más de lo que había imaginado, incluso en un romance - lo que ella jamás deseó. Siendo muy sincera, tuve extrema dificultad en seguir con la lectura de El Beso del Traidor. El inicio de la lectura, además de lento, termina siendo un tanto confuso por la falta de contextualización de la trama. La atmósfera a lo Jane Austen prometida se debe a la división de la sociedad entre plebeyos y nobleza, trajes victorianos y la necesidad de la celebración de bodas como acuerdos familiares. Sin embargo, en ningún momento hay la mención de cuándo la historia pasa, si, de hecho, ocurre en medio del siglo XIX, como las novelas de Austen. El libro es narrado en tercera persona, ora por la perspectiva de Salvia, ora por la de los militares, y cuando esta segunda comienza, somos bombardeados con innumerables nombres de locales y pueblos diversos, sin que haya una explicación clara sobre que es qué. Así, en ese punto, ya estaba confusa y lo suficientemente distante de la lectura para acompañar esa contextualización y comprender el universo creado por Beaty. A parte de que la historia se desarrolla muy lentamente, la propia construcción del personaje de Salvia fue realizada de manera un tanto problemática, en el sentido de que, para hacerla alguien diferente y superior a las demás, las otras necesitaban ser rebajadas. Las señoras que Salvia acompaña son retratadas como frívolas y superficiales para que Salvia sea considerada sagaz y de personalidad fuerte. En mi visión, la protagonista podría muy bien oponerse a la idea de seguir las reglas de la sociedad sin que aquéllas que las seguían fueran consideradas inferiores. Así, por el inicio perturbado (correspondiente básicamente a las 100 primeras páginas), toda mi lectura posterior también fue afectada. No logré involucrarme con la historia o los personajes, e hice una lectura un tanto superficial, difícilmente logrando atraparme a lo que leía y a los detalles. Sin embargo, sería mentira decir que no sentí una considerable mejora del libro de la mitad para el final, sobre todo por el romance y la estrategia que Erin Beaty utilizó para construir el conflicto romántico. Fui realmente sorprendida y encontré un tanto inteligente su elección, trayendo un diferencial a la obra. El final está lleno de adrenalina y la autora ya muestra, en el primer libro, no tener piedad del rumbo dado a algunos puntos de la trama, haciendo que siga como debe seguir. El Beso del Traidor termina con los principales puntos en él desarrollados finalizados, pero aun así manteniendo apertura para los próximos libros (y, por lo tanto, haciendo necesaria la lectura de los libros en orden). A pesar de su premisa haber llamado mi atención y de haber encontrado puntos positivos mientras lo leía, el libro, en general, no logró atraparme y me mantuvo confusa prácticamente sobre él todo cuanto al trabajo militar realizado, principalmente por el exceso de nombres y contextos creados por la autora, no explicados de manera clara. Tal vez, si me hubiera situado mejor, me habría involucrado más con la obra y, así, mi resultado final con ella habría sido diferente. |
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