Cenicienta ha muerto

Doscientos años han pasado ya desde la muerte de Cenicienta y el mundo ha cambiado mucho desde entonces. Las mujeres son meros objetos y no tienen ningún derecho sobre nada y menos sobre su propia vida.
Las situaciones que las mujeres viven en esta historia me recuerdan mucho a libros como El cuento de la Criada de Margaret Atwood.
Todos los años se celebra un baile al que todas las jóvenes de dieciocho años tienen obligación de acudir bajo pena de muerte para ellas y sus familiares. Allí serán observadas por los solteros del reino y tomadas en matrimonio, sin poder oponerse de ninguna manera.
Las leyes marciales del reino las creó el Príncipe Encantador tras la muerte de Cenicienta, y todos sus sucesores las han cumplido, incluso aumentado.
Nuestra protagonista luchará con todas sus fuerzas para que esta situación llegue a su fin.
Los primeros capítulos son mucho más descriptivos, tienen más sentido. Pero luego es una serie de carambolas que llevan a las dos protagonistas hasta ese final tan predecible. No es un retelling de Cenicienta, para que no os confundáis.
Un libro con un insta love lgtbi que no me ha convencido, engaños, traiciones y un villano bastante peliagudo.
En general no me ha entusiasmado, y llegado un punto quería que acabase ya.