No era a esto a lo que veníamos

¿Conocéis esa sensación justo antes de despertaros, cuando tenéis un pie en el sueño y otro en la realidad, en la que no sois plenamente conscientes de si eso que estáis sintiendo es real o no? En ese terreno se mueve María Bastarós. En su última obra de relatos, ‘No era esto a lo que veníamos', editado por @edcandaya, juega con los límites de la realidad, los retuerce y los dilata. En ellos nos presenta situaciones que escapan a la lógica, pero que tampoco son completamente irreales al ojo humano. Justo como ese momento en el que no eres capaz de distinguir entre sueño o realidad.
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La mayoría de sus relatos están protagonizados por mujeres, tanto niñas como adultas, cuya cotidianeidad se ha convertido en una pesadilla. Se sienten encerradas en sus casas y en sus vidas, en muchas ocasiones por una figura masculina. Creo que uno de los puntos fuertes de la autora es su originalidad a la hora de reflejar esa pesadilla que puede residir en lo cotidiano, ya que muchas veces las cosas que más miedo nos dan son las que más cerca tenemos.
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Y en cuanto a cercanía, ya que yo soy de Pamplona y tenemos aquí cerca el desierto de las Bardenas Reales, no puedo dejar de comentar que Bastarós utiliza a menudo estos parajes desérticos del norte de España para apoyar esa sensación de angustia, haciendo que nos sintamos diminutas ante la inmensidad de una pesadilla.
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A pesar de todos sus puntos buenos, admito que he sentido un poco de irregularidad en los relatos. Algunos me han gustado mucho y me han atrapado por completo, mientras que otros me han dejado un poco más fría e indiferente. Algunos de mis favoritos han sido ‘Las chicas no', ‘Tan despacio para quienes esperan' e ‘Instrucciones para salvar a un grillo'.