Nunca serás inocente

Parece como si a Xavi Barroso le costara llamar a las cosas por su nombre.
El protagonista de esta novela, por muchos ideales, por mucha lucha obrera y por mucho que se quiera esconder, disculpar e incluso justificar sus actos bajo la bandera de la represión, es un asesino.

No un pistolero, no. Un asesino como tantísimos otros que, disfrazados de victimismo, usaron las armas para acabar con vidas humanas.
Ni justiciero, ni vengador, señor Barroso, su protagonista es simple y llanamente un asesino.
Un vulgar, burdo y mezquino matón.

Mi libertad apolítica (tengo mis ideales, pero ningún partido que los represente) me concede no olvidar, que la burguesía también disparó en aras de preservar una sociedad donde el pueblo sometido callaba y producía.

Y aquí es donde el libro gana fuerza. La ambientación de una desoladora Barcelona por cuyas calles corren ríos de plomo y sangre.

La lucha contra el abuso laboral y las miserables condiciones sociales acaban en manifestaciones violentas que son respondidas con el doble de crueldad.

Nacen las distintas facciones y al dudoso amparo de la legítima defensa la ciudad se llena de balas y muertos.

El autor hace una magnífica labor de investigación y documentación que sabe plasmar en su novela de manera sencilla y comprensible.

Sin embargo, el relato se vuelve circular y anodino hacia su ecuador, repitiendo en exceso la situación que se vive, no dejando al texto respirar y avanzar a un ritmo más dinámico.

No he llegado a empatizar más que con Pere, primo de los hermanos Garriga. al resto, parece que Barroso quiera compensar sus reprobables actos con una falsa épica que en ningún caso logra, a mi jucio, justificarlos.

Amor, pasados y presentes conflictivos, lealtades quebradas, vejaciones por condición sexual y teatro, son condimentos interesantes que por desgracia no siempre logran un sabor perfecto.

Lo mejor sin duda, es ese fresco que el autor pinta de gobiernos corruptos e incompetentes que se alternan ordenadamente en el poder, patronales que usarán sin mesura su posición, leyes inexistentes y fuerzas policiales, y milicianos de ambas partes que convierten la ciudad de Barcelona en un auténtico caos, llenádola de terror, escombros y vidas rotas.

Una novela histórica muy bien armada en los hechos y no tanto en el deambular de sus personajes y ritmo narrativo, que, pese a todo, merece la pena leer.