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Jordan Briggs, la ambiciosa presentadora de un polémico programa de radio de los más escuchados en Nueva York, empieza el día con el pie izquierdo. Nunca ha llegado tarde al trabajo y no consentirá que un atasco le haga terminar con su racha, aunque tenga que dejar tirado el coche en mitad de la carretera. El agente de policía Cole, no da crédito ¿De verdad tiene el morro de dejar el coche ahí tirado? ¿Qué se ha creído? No se lo consentirá, de ninguna manera. Lo que ellos no saben es que ese problema será una nimiedad frente al caos que les espera. Bernie, uno de los oyentes del programa de radio de Jordan, le propone un juego en directo y aunque al principio todo parece un juego de niños, cuando empiezan a explotar coches bomba, saben que Bernie no es tan inocente como parecía y que están metidos en un gran lio. Una historia narrada en tercera persona, desde la perspectiva de diferentes personajes, con un ritmo frenético. ¿Habéis visto alguna película de acción que os haya dejado pegados al asiento y con una sensación de tensión constante? El último juego te produce la misma sensación desde el minuto uno. Si tuviese que describir esta novela con tres palabras utilizaría: acción, tensión y giros, porque no te esperas lo que viene a continuación, Bernie siempre va un paso por delante de todos nosotros. Los personajes están muy bien desarrollados. No he sido capaz de empatizar con Jordan, su antipatía me ha resultado muy desagradable, en cambio, he adorado al agente Cole, siempre tan dispuesto a salvar vidas, incluso aunque le cueste la suya propia. En los primeros capítulos, antes de que se desate la tragedia, Jordan desde su programa de radio, hace unas criticas a la sociedad estadounidenses muy curiosas e interesantes, las he disfrutado mucho. El final me ha sorprendido y considero que es un buen cierre de la historia. Esta es una historia que te hace reflexionar sobre las consecuencias que tienen nuestros actos en nosotros mismos y en otras personas que se ven afectadas por ellos. |
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