El cuarto mono

El libro está narrado por Sam Porter, policía de Chicago de 52 años que lleva los últimos cinco de su vida investigando el caso de El Cuarto Mono. La historia nos cuenta casi hora por hora lo que ocurre en la investigación.
Además, hay un añadido. Y es que en el cadáver de la víctima con la que empieza todo, esa que ya sale en la sinopsis, aparece un cuaderno a modo de diario que nos acompañará a lo largo del libro y que es imprescindible para entender la mente del asesino.

Me gusta mucho que no sea un caso aislado como en la mayoría de libros policíacos que he leído. El criminal llamado El Cuarto Mono es un asesino en serie que ha vuelto a matar después de un tiempo inactivo. Esto me parece mucho más interesante.

La narración es sencilla, como para que un lector que no esté habituado al género entienda todo perfectamente. Y los capítulos son cortos y se intercalan voces, cosa que yo siempre agradezco.

Este es un libro brutal, y no me refiero a que sea una pasada, sino a que tiene escenas duras, cruentas, no aptas para todos los públicos. Yo he visto las películas de Saw (el marcapáginas de la foto de Instagram es una referencia a ellas) y, aun así, ha habido momentos que me han hecho entrecerrar los ojos y desear que acabasen.

En mi opinión, la historia va de más a menos. Tiene un argumento muy potente y una subtrama interesante e ingeniosa, pero pierde fuelle según avanza la investigación. Me hubiera gustado más que se centrasen en el Cuarto Mono a fondo y restasen capítulos a otro tipo de información que, si bien es necesaria para el caso, es más aburrida.

He acabado el libro con algunas preguntas y eso no me gusta. No son cosas que se vayan a resolver en los demás libros porque ya se han dejado atrás. Son detalles que no se terminan de explicar o que son un poco incongruentes.

Todavía no sé si voy a continuar con esta trilogía, pero sí quiero que quede claro que ha sido un libro que me ha gustado y que me ha mantenido enganchada.