El cuarto mono

Desde antemano, les digo este no es un libro que recomendaría ni volvería a leer.

Tiene una premisa atractiva en cuanto se trata de la persecución de un asesino en serie con un modus operandi bastante particular. El Cuarto Mono secuestra a una mujer querida por los verdaderos malos de la historia, quienes han pecado y hecho el mal. Envía tres cajas blancas, una con la oreja, otra con los ojos y la última con la lengua de la víctima.

Todo tiene un significado que iremos descubriendo mientras leemos el diario encontrado en las ropas de un suicida quien se arrojó delante de un colectivo. Dentro de sus pertenencias, hay una cajita blanca con una oreja, un reloj, monedas y el ticket de una lavandería ¿Será la última acción del Cuarto Mono? Junto al detective Porter y su equipo lo investigaremos mientras intentamos rescatar a Emory, la hija no reconocida del empresario Talbot, dueña de la oreja.

La narración está dividida en tres partes, la vivencia de Emory durante el secuestro, la investigación policial y las entradas del diario personal del Cuarto Mono. Lo más interesante es el diario, contándonos acerca de una niñez retorcida, violenta, la construcción a martillazos de su personalidad. El resto del libro es poco dinámico, pareciera siempre estar subido al coche policial sin llegar a ningún objetivo. Se lee en un par de sentadas por la prosa ligera pero quedas con un mal sabor a boca.

El autor deja muchos puntos inconclusos, abusándose de la confusión del momento para sumergirte en un espiral de misterio y suspenso. No funcionó conmigo ese recurso para captarme como público, más allá de las incógnitas que sobrevuelan mi mente tras finalizar la novela, decido evitarme el suplicio y leer otro thriller mejor.