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Crítica de Paloma


Paloma
27 December 2018
“He visto soñar sueños maravillosos y he escuchado las historias más hermosas de mi vida, contadas por hombres cualesquiera un instante antes de lanzarse al mar y desaparecer para siempre. He leído en el cielo signos que no conocía y contemplado el horizonte con ojos que no creía poseer.”

Océano Mar es un libro bastante difícil de reseñar. ¿Qué podría decir sobre él? He pasado un par de días dándole vueltas a cómo podría ser esta crítica y la realidad es que ninguna idea termina de concretarse. Y quizá no tenga nada de extraño, considerando la naturaleza de esta novela del italiano Alessandro Baricco, que es tal cual como el tema que trata –el mar: va y viene, se pierde en la inmensidad, y es un elemento que fascina porque nos sigue siendo desconocido en muchos aspectos.

Así es Océano Mar: llena de historias que admiramos por su belleza pero apenas duran un segundo; que cuesta trabajo entender pero que dejan una marca profunda. Esta novela ha sido para mí una poesía, llena de misterio y de reflexiones, cuyos personajes son etéreos para a la vez muy humanos y que, a pesar de los elementos fantásticos, son situaciones muy ancladas a la realidad.
“Andaba, y sabía hacia dónde andaba. Eso era todo. Sensación maravillosa. de cuando el destino finalmente se descubre, y se convierte en un sendero inteligible, y huella inequívoca, y dirección exacta. El tiempo interminable de la aproximación. Aquel acercamiento. Ojalá no acabara nunca. El gesto de entregarse al destino.”

He de reconocer que este es también un tipo de libro que pude haber amado u odiado, porque la narrativa en un principio es lenta y la trama va hilándose paso a paso. Sin embargo, quizá ahí es donde se encuentra la magia de la novela, en el detalle, en cada elemento que va construyendo, literalmente, un océano de anécdotas, de vivencias y aprendizajes. de las distintas historias que conocemos y que se van relacionando poco a poco, se forma una narración sólida, impactante, completa. He disfrutado también muchísimo los pincelazos sobre mundos exóticos, lejanos, de fábula y fantasía:
Tombuctú. La perla de África. La ciudad inalcanzable y maravillosa. El cofre de todos los tesoros, residencia de todos los dioses bárbaros. Corazón del mundo desconocido, fortaleza de los mil secretos, reino fantasma de todas las riquezas, meta extraviada de infinitos viajes, manantial de todas las aguas y sueño de cualquier cielo. Tombuctú. La ciudad que ningún hombre blanco había encontrado jamás.”

Describir la trama resulta un tanto complicado porque creo que es una novela que se centra sobre los personajes, sobre sus historias: son hombres y mujeres que han acudido al mar buscando algo - curar una dolencia, encontrar algo o alguien, olvidar un amor. Situada en alguna parte de Europa y probablemente a finales del siglo XIX, los personajes son muy peculiares: un pintor que desea capturar la verdadera esencia del mar, un investigador que quiere describir en donde termina el mar, una adolescente que tiene miedo de vivir, una mujer que desea olvidar a su amante, un marinero que busca vengar a un amor. Todos se encuentran en la posada Alamay, que es manejada por niños que son al parecer más sabios y más viejos que los adultos. al final, y a su manera, todos encuentran lo que buscan que es, quizá, un cierre a su dolor, a su pérdida o a sus anhelos. Pero no son finales felices –son encuentros, a veces tristes, decepcionantes pero tal cual como a veces es la vida y que sin embargo permiten también seguir adelante, avanzar y continuar viviendo sin dejar de añorar eso que es tan elusivo como la felicidad, como el propio mar:
“Para que nadie pueda olvidar lo hermoso que sería si, para cada mar que nos espera, hubiera un río para nosotros. Y alguien –un padre, un amor, alguien- capaz de cogernos de la mano y de encontrar ese río –imaginarlo, inventarlo- y de depositarnos sobre su corriente, con la ligereza de una sola palabra, adiós. Eso, en verdad, sería maravilloso. Sería dulce la vida, cualquier vida (…) Bastaría la fantasía de alguien –un padre, un amor, alguien. Él sabría inventar un camino, aquí, en medio de este silencio, en esta tierra que no quiere hablar. Camino clemente, y hermoso. Un camino de aquí al mar.”
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