La elegancia del erizo

Es sorprendente ver las división en las criticas de este libro, por un lado he leído gente que lo ha odiado y por otro lado he visto gente que lo ha amado y se ha convertido en su libro favorito, en lo personal no lo odie, pero no disfrute leyéndolo para nada, cada capítulo se me hizo una tortura mental, si pudiera describir este libro como una persona seria la típica persona que presume de ser culto y que lleva una boina y una copa de vino en la mano hablando de grandes autores, que tal vez ni allá leído, pero que a fuerza tienen que ir en alguna expresión de su vida diaria.
No vi una fluidez en la historia del libro, estaba siempre en vuelto de partes, que no tenían gran conexión a la historia, de momento de reflexión, y sabiendo que la escritora es una maestra en filosofía, podría llegar a entender este libro de esa forma, pero es muy cansado de leer, con partes que no aportan nada a la vida y personajes que son muy difíciles de sentir empatía, una portera que finge que es tonta, porque pues es pobre y es portera y al parecer eso es lo que deben de ser los porteros pobres, ser unos incultos, fingir que tienen la tele prendida y cocinar comida olorosa solo para cubrir que se pone a leer, y que come comida fina, desde ahí me di cuenta que este libro no era para mí.
Y luego tenemos a una niña súper dotada con depresión, que cree que toda la gente es tonta menos ella, y los asiáticos, porque si eras asiático automáticamente ya eras una persona sabia y culta que merecía la pena conocer, y no sé si en parte me afecto leer libros que hablaban sobre las atrocidades japonesas que no ayudo a comprender a este personaje.
Reneé, la portera, y Paloma, la niña súper dotada de 12 años, que es una niña rica que piensa que como odia a su familia, incendiar la casa para darles una lección, creo que son dos personajes muy difíciles de creer, y más porque en los momentos en que la inteligencia de cada una debía de brillar, no lo hizo, tienen comentarios que me hicieron muy amarga la lectura.
Lo único que podría recatar es el inicio con algunas frases que me gustaron, y el final que, aunque salió de la nada y se vio súper forzado, le da otro sentido a la vida de los personajes.
Aparte que es un libro que no sigue una historia como tal, básicamente Reneé y paloma se la pasan fingiendo que no son inteligentes ni cultas, y entre esto vienen varias reflexiones, que muchas no vienen al caso, y unas que otras se pueden rescatar.
Parte de este libro que podría salvar es el problema con la identidad, sentir que no perteneces a un lugar o tratar de encajar dependiendo tu entorno y lo que se puede llegar a esperar de ti
Realmente es un libro que no volvería a leer y que estaría en mi top de peores lecturas. Pero sería un claro ejemplo de esos libros que deben de ser leídos en una etapa o momento en especial para apreciarlo.