Ceniza: Historia de una niña y de su monstruo

He leído unos cuantos libros de esta editorial y la verdad es que de momento no me ha defraudado ninguno, este tampoco es el caso. No sabía qué me iba a encontrar en esta historia y es difícil de explicar, lo que sí os puedo asegurar es que os enganchará desde la primera página.

No soy muy dada a fijarme en las breves reseñas que vienen impresas en los libros, aunque en este caso creo que la comparativa con Charles Dickens es más que acertada, me ha recordado mucho su estilo crítico pero "dulcificado".

El autor muestra la tremenda vida que sufren los trepadores, niños huérfanos o pobres que se ven abocados a trabajar como deshollinadores con los peligros que esto conlleva: desde quedarse atascados en el conducto, asfixiarse o quemarse hasta morir; sin olvidar que al respirar el hollín podían desarrollar múltiples enfermedades dado lo dañino que es. Los niños que entraban en el oficio tenían que abandonar de lleno su inocencia para aprender a sobrevivir, no confiar en nadie y pelear por conseguir hasta el último centavo para poder llevarse algo a la boca.

Nan cumple todos los requisitos a la perfección, con apenas doce años es una de las mejores trepadoras. Tras la desaparición de su tutor, El Destornillador, ha vagado sola. Su agilidad y experiencia la convierten en una de las favoritas hasta que un día comete un error, las equivocaciones se pagan caras en su trabajo y así se lo hace saber uno de sus compañeros y su mayor enemigo: Roger. Tras casi acabar siendo pasta de las llamas, Nan conoce a su amigo, que al poco se convertirán en uña y carne: Charlie un golem de ceniza.

A partir de aquí, iremos conociendo otra faceta de Nan y cómo la muchacha conoce los valores de la amistad y confianza. Tras muchos años de soledad y de subsistir, por fin encuentra un compañero de fatigas y serán inseparables.

El autor muestra la crueldad de la sociedad pasto de la desigualdad, cómo los niños entran en el oficio y cómo arriesgan sus vidas día a día, cómo se buscan la vida para poder seguir; sin hacerles perder toda la inocencia, la figura de Charlie sirve para compensar y dar ese toque juvenil y esperanzador a la historia.

Se nota el trabajo de documentación que ha hecho Jonathan Auxier sobre la época y el oficio de los trepadores. Aparte de ser una crítica social y una muestra de la crueldad del trabajo, la criatura hecha de cenizas aporta el toque juvenil con sus capacidades y peripecias. Sin olvidar que también tendremos un malo de la historia que le hace auténticas perrerías a Nan.

Si os animáis a darle una oportunidad al libro, no os podéis olvidar de leer la nota del autor y los apuntes históricos que proporciona el mismo. Realmente emotivo.

La edición es una auténtica delicia, cuenta con ilustraciones en los inicios de cada parte en color negro recreando chimeneas, además de mapas simples y muy visuales de los sitios que visita Nan a lo largo del libro. A pesar de sus más de trescientas páginas, el libro se lee en nada.