El hombre al que ya no le gustaban los gatos

Hay una isla muy especial, donde sus habitantes viven la vida que quieren vivir, allí no se sabe de estrés ni prisas y es un pequeño lugar donde todo el mundo se conoce. La isla está llena de gatos, por todas partes los hay, son libres al igual que sus habitantes, a los cuales acompañan.

Poco a poco, los gatos van desapareciendo de la isla, hasta que llega el día en que los habitantes se dan cuenta de que no hay ningún gato que los acompañe. Es entonces cuando los habitantes piden que los gatos regresen y hablan con las personas del continente para que encuentren una solución.
"El hombre al que ya no le gustaban los gatos" está escrito por Isabelle Aupy, quien es una escritora muy prolífica. Su edición es de tapa blanda en un cómodo formato.

Hasta ahora, Isabelle Aupy era para mí una desconocida, a partir de este libro, procuraré seguirle la pista porque con solo este trabajo pasa a convertirse en una de mis autoras favoritas.

"El hombre al que ya no le gustaban los gatos" no es un libro sobre gatos, aunque hay gatos, más bien es un libro sobre personas que viven con gatos alrededor. La autora se ha valido de algo que viene intrínseco a estos preciosos animales: la libertad, para formar una historia que te hará pensar en varios aspectos de la vida en los que quizá por comodidad no solemos dar demasiadas vueltas.

La autora describe de una forma muy bonita la paz que transmite la isla a sus habitantes, será el mar, el vivir una vida paralela y distinta del continente, el no andar con prisas, el dejarse llevar, el trabajar para vivir y no al revés lo que vuelve diferentes a las personas que allí viven.

Sin destripar la novela, solo diré que los gatos son tan importantes como prescindibles en la historia. No busques anécdotas bonitas alrededor de los gatos, pues la autora los ha usado como recurso para contar otras cosas que podrían pasar desapercibidas en cualquier otra novela.

Hay un dicho muy usado cuando se pierde algo o a alguien, y es que no sabemos valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Basándose en esta frase, Isabelle Aupy nos muestra a la perfección su significado. Esto ocurre cuando los gatos de la isla desaparecen y sus habitantes humanos comienzan a echarlos de menos, sobre todo en sus ratos de soledad, cuando el animal estaba ahí, acompañando pero sin invadir, que por otra parte es la filosofía gatuna, su libertad y su independencia.

Pero el aspecto quizá más reseñable de "El hombre al que ya no le gustaban los gatos" es hacernos ver la forma en que se valen los medios de comunicación, la política y otros grupos o sectores de la sociedad para manipular nuestras ideas e incluso el lenguaje que usamos. La autora ha usado a los gatos como podría haber usado cualquier otro animal o cosa, creando esta preciosa historia.

Podríamos decir que "El hombre al que ya no le gustaban los gatos" es un cuento para adultos, ya que tiene su enseñanza, es divertido a la vez que duro y está narrado con dulzura y a la vez con crudeza. Te aseguro que una vez acabes su lectura si decides leerlo, no te va a dejar indiferente.

Aunque es un libro para adultos, creo que sería una buena opción que los jóvenes lo lean como actividad para los institutos, ya que da para reflexionar sobre la manipulación de ideas y el concepto "pensar como el rebaño" para después comentarlo en grupo. Además estoy segura de que se van a divertir mucho con él y con las ocurrencias del protagonista de la historia.

"El hombre al que ya no le gustaban los gatos" está narrado en primera persona, lo que hace que lo vivamos tal y como lo hace el protagonista, y durante toda la novela se mantiene el misterio sobre qué ha pasado con los gatos, y nos preguntaremos mil veces a dónde han podido ir.

En resumen, "El hombre al que ya no le gustaban los gatos" es una novela corta que invita a pensar, narrado con un afilado sentido del humor. Una historia que no deja indiferente. La recomiendo sin duda.
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